viernes, 11 de diciembre de 2009

Poema express

Hay una casa en la calle Río Cuarto
que me mira cada vez que paso con el 45.
Se supone que las casas no miran, es cierto,
pero sospecho que ésta mira porque recuerda
(y quién va a negar que las casas tienen memoria)
que me vio llegar y partir muchas veces
con sol y con lluvia
con alguien y con nadie
impaciente
tímida
zigzagueante.

La casa me recuerda
acaso más joven
acaso más feliz
y muchas veces perpleja
ante esa felicidad encontrada
en su terracita de verano
de fiestas de lesbianas
en la ochava de a dos cuadras
de final de inspección de cortinas de metal
o en la parte de abajo de la estación
donde el polaco Goyeneche cantó como nunca
Vuelvo al sur.

Yo también a veces recuerdo la casa
sobre todo cuando paso por la esquina con el 45
y siento que me mira como invitándome a bajar
o en días como hoy que tuve el impulso de llamar
al 4304-...., pero no sé qué diría
si me atendieran los fantasmas.
Será cuestión de no llamar
o de no tomar más el 45
o de no volver más al sur
aunque creo que eso está más que difícil.



Fotografía de Félix Monti de la película "Sur" (Fernando Pino Solanas, 1987).

martes, 8 de diciembre de 2009

Cantando las raíces

Cantar no es gobernar un caudal aéreo o melódico. Es algo profuso y subterráneo. Caer en concavidades desconocidas y volver a la superficie con fuegos y metales, con picos y planicies, con savias y arenas.
Así cantan las abismales gargantas del indio, el africano y el asiático. Planeando tan alto y profundo entran en misteriosas guturaciones y convierten la voz en sustancia terrible, en llamado y revelación. Las guturaciones son el subsuelo del canto de donde salen los corcovos acompañados de quejidos, gritos, lamentos, arrastres, jadeos y trepidaciones. Mar de temblores que una garganta padece en el trance sonoro, cuando es organismo total, raíz y paredes, vida que se estremece. Canto comunitario, pero también de
solistos que se desangran, dúos en lamentos de vidala o contrapuntos de mujer y hombre entreverados en el amor y el desprecio.
Perú, Bolivia, Chile y algunos pueblos de Ecuador perpetúan este canto inmemorial. La Argentina en aldeas y caseríos cerriles de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y en salitrales y arenosas tierras de los montes de Santiago del Estero.

(Leda Valladares, Cantando las raíces, Bs. As., Emecé, 2000, pág. 12).