Siguiendo a la luna: Por ejemplo

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Por ejemplo

Aquellas tardes con la radio en la rambla
aquellos días con Marindia en el sol
Tengo un puñado de recuerdos de arena
entre los dedos con la arena vas vos

Las tardecitas con violetas y rosas
los limoneros merodeando el galpón
Estoy regando el tiempo con tu recuerdo
entre los dedos con el agua vas vos

En un espejo con caras viejas
había un sitio para tus quejas
En un cuaderno de tapas negras
había un aire de cosas muertas

En un espejo con manchas viejas
había un sitio para tus quejas
En un cuaderno de tapas negras
había un aire de cosas muertas

Fernando Cabrera

(y estoy regando el tiempo con tu recuerdo
y entre los dedos con el agua vas vos)

2 comentarios:

Lilainblue dijo...: Lástima que no llevé cámara y me tuve que arreglar con la del telefonito... pero juro que estaba muy lindo Cabrera el sábado (y mi foto no le hace justicia), sobre todo cuando cantó esta canción llena de magia, y de arena, y de agua.; 3 de septiembre de 2009, 0:14
doble_r dijo...: por ejemplo
estoy dejando atrás el tiempo
viajando con el recuerdo
y entre las huellas y el espacio
anda la ciudad que me ayudaste a mirar...
y tú

sembrando besos y abrazos en otros vientos para que florezcan con buenos Aires...; 9 de septiembre de 2009, 20:48

Publicar un comentario

Chiquiteces

Cuando era chica escribía en cuadernos de frases y tapas duras y creía que un día alguien los iba a encontrar y a salvar del incendio y de las ruinas y así mi obra se iba a publicar de forma póstuma. Cuando era chica tenía otro cuaderno con recortes de los Beatles (que hacía rato no existían) y los graffitis del mayo francés y cosas sobre el movimiento hippie (que también hacia rato que no existían (está claro que siempre fui de llegar tarde a todos lados o de vivir casi todo a destiempo)). Cuando era chica pensaba como el Quijote en lo que iría a decir de mí el que escribiera mis aventuras. O jugaba a adivinar lo que había sentido la chica que escribía en los márgenes de los libros de Historia usados que me traía la abuela. O a que yo era esa chica, siempre tan triste y tan de escribir en los márgenes de libros que estaba triste. Después me enamoré de un hippie azul y de Pizarnik, y así seguí siendo chica muchos años más, hasta hace un rato o hasta recién nomás que se me fueron las ganas de jugar o de enamorarme o de escribir en cuadernos o en márgenes azules.

El descubrimiento de que la escritura es una actividad solitaria hizo que hace unos años dejara de escribir, convencida de que una persona con ineludible tendencia a la soledad sumada a una actividad tal era la más insoportable de las redundancias. Entonces me fui a jugar otros juegos, donde encontrarse, equivocarse, mirarse, hacerse, deshacerse, pero siempre con otros, era la condición necesaria y (casi) suficiente. Y no estuvo nada mal. Y no está nada mal. Pero pasa que a veces extraño, y tal vez por eso estoy acá. Para desempolvar un cuaderno de tapas azules con dibujitos. En esa época escribía cuentos y otras yerbas. Ahora no, o no sé. Cuadernito de bitácora, miscelánea o whatever, sólo sé que es escritura y por ahora con eso alcanza.